domingo, 22 de noviembre de 2009

EN LA PUNTA DE LA LENGUA


«LIMPIA, FIJA Y DA ESPLENDOR»(PARTE II)
Por Tony Peña
La lengua como cualquier proceso, fenómeno, ser animado e inanimado está en constante cambio en su devenir; significa que ella sufre cambios, se desarrolla, evoluciona, se transforma; por lo tanto, no puede ser fija ni mucho menos estática o inerte; sería incongruente. La lengua como categoría general, es decir todas las lenguas, se comporta como un ser vivo en constante movimiento producto del intercambio de mensajes entre un grupo de hablantes determinado.
La lengua española, no puede ser fija ni lo ha sido ni lo será; esto porque si la lengua castellana no sufriera cambios estaríamos hablando en pleno siglo XXI del latín o el castellano de las glosas emilianenses o las silenses y porque no decirlo, estaríamos hablando del castellano medieval del siglo XII dC, cuando aparece en el año1140, aproximadamente, El Cantar de Mio Cid.
El Cantar de Mio Cid, como poema épico, es la muestra más conocida colectivamente de que el castellano no es de ningún modo, fijo. Esos cantares de gestas están escritos en lengua romance, la que a su vez, tiene su origen en la lengua latina. El Mio Cid denota el uso del español antiguo al igual que los diarios de viaje de Cristóbal Colón, las cartas de los adelantados enviadas a las Cortes y a la Casa de Contratación de Sevilla, trescientos cincuenta años después del aparecimiento de dicho cantar de gestas español.
Los ejemplos para demostrar que la lengua castellana no es fija, sobran; basta que recordemos que la lengua hablada en una época precisa no es la misma que la actual, esto desde la perspectiva semántica, morfológica y lexical; Existen una cantidad bastante considerable sobre algunos términos y giros lingüísticos actuales que en su momento fueron distintos desde su forma, significado y desuso; es decir los arcaismos.
La expresión “Vuestra Merced” por ejemplo, se ha venido modificando a través de los siglos; de Vuestra Merced pasó a Nuestra Merced; luego pasó a “Vuesa merced” posteriormente, se convirtió en “Vuesa Mercé”; esta expresión le dio paso a “Vusted” o “Vusté” para que en nuestros días se utilice como “Usted” o “Usté” y se abrevie: “Ud”.
Asimismo, podríamos decir de la palabra “Toro”, esta palabra proviene del latín “Taurus”, “Tourus” “Touro” Tooro. Como se observa en los ejemplos anteriores no se puede afirmar que una lengua es fija desde la óptica de la morfología; es decir, desde el estudio de la estructura o forma de las palabras.
La variante dialectal salvadoreña nos presenta también, algunas variaciones en la estructura; por ejemplo: Verdad, este vocablo pasa por “Verdá”,” Vedá”, “Veá”, “Va”.
La semántica realiza un estudio del significado de las palabras; ella nos permite señalar que desde el significado las palabras no son fijas ni mucho la lengua es fija; serán suficientes un par de ejemplos, en la Edad Media se utilizaron algunos términos con significado distinto al que conocemos en la actualidad: Villano, era para esa época el que habitaba alrededor de la villa; vándalo, era miembro de los Vándalos, un pueblo primitivo español; fisco, significaba en aquel periodo, una especie de monedero o cartera pequeña para guardar monedas.
El arcaísmo es un fenómeno lingüístico que pertenece a épocas pasadas y palabras caídas en desuso y que se usan en el presente por imitación. La gente que emplean registros del lenguaje muy cautelosos, como el lenguaje jurídico o la liturgia basada en textos sagrados, todavía hacen uso de numerosos arcaísmos. También los arcaísmos pueden usarse como licencia poética para embellecer un texto, aunque su uso excesivo puede dificultar la comprensión del mismo. En lingüística, además, se denomina arcaísmo toda palabra, construcción o elemento lingüístico que, por su forma, por su significado o por ambas cosas, resultan anacrónicos respecto de un período determinado: vocablos como “maguer” o “apoteca”, que significan respectivamente “aunque” y “botica”, son hoy arcaísmos, es decir, están en desuso. Ejemplos de arcaísmos son: mesmo, aqueste, acullá, quier, doquier , siquiera, quienquier, ¿cuyo es este libro? ¿dó vas, triste de ti?. Otros ejemplos de arcaísmos: Enfurruñarse: Enfadarse; Tentempie: Refrigerio, Tahona: Tienda; Sansirolé: Torpe; Gurrumino/a: Niño/a; Gandul: Vago,Holgazán, de poco ánimo; Calamorro: Cabezota; Lambriada: Golosina; Propincuo: Próximo; Manducar: Comer; Papón: Glotón, comilón.
Todo lo anterior, relativo a los arcaísmos, demuestra una vez más que la lengua española o el idioma español no es fija ni siquiera en las reglas que han venido aplicándosele al idioma desde que en 1492, Elio Antonio de Nebrija propusiera la primera Gramática del Español.
Opinión aparte merece el fenómeno de los Neologismos. Estos, suponen una palabra nueva que aparece en una lengua, ya sea procedente de otra lengua o de nueva creación. La creación de neologismos se produce por modas y necesidades de nuevas denominaciones. Todas las lenguas tienen recursos para formar palabras nuevas. Estos recursos son: composición, derivación, parasíntesis, acronimia y siglación. En síntesis, los neologismos son invenciones nuevas que se integran a una lengua establecida.
Composición. * Unión. Se forma una nueva palabra a partir de la unión de dos o más palabras ya existentes. Latino + América = Latinoamérica.
Derivación. * Adición. Se añaden prefijos o sufijos a la raíz o lexema de una palabra. América + -no = Americano

Parasíntesis. * Combinación. Se forman palabras nuevas combinando la composición y la derivación. Latino + América + no = Latinoamericano.
Acronimia. * Sílabas Iniciales, finales o intermedias. A partir de las sílabas iniciales o finales de varias palabras se crea una nueva. BanCO (Banco de Comercio)
Siglación. * Letras Iniciales. Se forman palabras nuevas a partir de la incorporación de las letras iniciales del nombre de algunas instituciones, asociaciones, partidos políticos, escuelas, universidades. UES (Universidad de El Salvador)
En los distintos procesos de formación de palabras está implícito el carácter dinámico y evolutivo de las lenguas; por tanto afirmar que la lengua española es fija sería irresponsable o quizá exceso de soberbia bajo la idea de que el poder del imperio español de la época, así lo percibía.
“Da Esplendor” es el otro elemento del lema de la Real Academia de la Lengua: “Limpia, fija y da Esplendor”. Con esa idea, se concluye que ninguna lengua es más importante que la otra u otras, desde la perspectiva de la comunicación. Si esplendor significa grandeza o brillo o magnificencia, otra vez, se cae en la ufanía y en los remolinos de la dominación o la prepotencia.
Los hablantes tienen derecho a expresarse libremente y el derecho de utilizar una lengua que es producto de una convención y de un quehacer cultural que los autodetermina en términos de identidad. Todo hablante es producto de una convivencia y de un proceso de socialización que lo encamina y faculta a hacer uso de la lengua de los otros miembros de la sociedad a la cual pertenece.
Si bien existe el prestigio lingüístico, lenguas con importancia económica como el inglés; religiosa, como fue el caso del latín o el sánscrito; demográfica, como el caso del mandarín; también es cierto que el náhuat, el guaraní, el cackchiquel entre otros, representan una acumulación de tradición y costumbres que identifican a esos pueblos y que denotan su desarrollo cultural; en este sentido, esas lenguas cumplen su cometido en tanto comunicación y elementos materiales de cultura.
Tal como nos indica Nancy H. Hornberger, Universidad de Pensilvania, EUA, “Cuarenta años después de que la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptara la Declaración Universal de los Derechos Humanos por unanimidad en 1948, dos conferencias patrocinadas por la UNESCO, una celebrada en Recife en octubre de 1987 y otra en París, en abril de 1989, han convocado a la creación de una Declaración Universal de los Derechos Lingüísticos que "asegure el derecho a usar la lengua materna en situaciones oficiales, y a aprender hasta un alto grado el dominio tanto de la lengua materna como la lengua oficial (o una de ellas) del país de residencia" (Phillipson, 1992: 96). Además, el Grupo de Trabajo para las Poblaciones Indígenas de la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas ha estado preparando, desde 1985, un borrador de Declaración Universal de Derechos de los Indígenas que incluye, entre unos 28 derechos de los pueblos indígenas, "el derecho a preservar y utilizar sus propias lenguas, incluyendo las situaciones administrativas, jurídicas y para otros propósitos relevantes; el derecho a todas las formas de educación, incluyendo en particular el derecho de los niños a tener acceso a la educación en sus propias lenguas y [de los grupos indígenas] a establecer, estructurar, dirigir y controlar sus propios sistemas e instituciones educativas" (Alfredsson, 1989: 258)”.
El idioma español como ya se ha planteado no es limpio, fijo ni da esplendor; hay que tomar en consideración que el ser humano necesita comunicarse y los detentadores de la pureza de las lenguas se olvidan del dinamismo del idioma, de la necesidad comunicológica y del derecho de los hablantes a utilizar determinada lengua a la medida de sus intereses, de sus limitantes y de sus intenciones comunicativas. El español será una lengua importante en nuestros tiempos, no hay duda, su norma estándar o general hay que aprenderla, de eso tampoco hay duda; sin embargo, eso, no desmerita la presencia de otras muchísimas lenguas que han contribuido en su conformación, evolución y a su prestigio actual.

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